Sin lugar a dudas que el Liceo “Luis Cruz Martínez”, ex Liceo de Hombres,
es uno de los establecimientos educacionales más emblemáticos de la región
y sin miedo a equivocaciones el más trascendente de la provincia en casi
dos siglos del desarrollo educacional de Curicó.
La historia dice que este colegio tiene sus orígenes en el año 1839 cuando
se organiza con el nombre de “Establecimiento de Educación” dedicado a la
enseñanza de las primeras letras y regentado por Mateo Olmedo.
Junto a la lectura y escritura se enseñaba latinidad, geografía,
gramática, aritmética y escritura.
El historiador Óscar Ramírez Merino resalta los aportes realizados por el
municipio de la época, de su rector y de connotados vecinos por afianzar
su prestigio que significa en el año 1844 que cambie su nombre por Liceo
de Curicó, título que obtiene oficialmente en el año 1853. El 8 de mayo de
1867 pasa de particular y municipal a fiscal con completa dependencia del
Estado.
En su largo caminar este liceo ha sido parte importante del desarrollo no
sólo intelectual de Curicó, sino también social y económico, ya que en sus
dependencias se cobijaron muchas inquietudes ciudadanas y se proyectaron
grandes personajes de la historia local y nacional.
Cada rector ha sido un aporte real y eficiente a las tareas de
desarrollo local destacando en el siglo XX figuras como:
- Benedicto León, profesor de castellano, autor de la letra del
himno liceano y quien durante 14 años hizo florecer la cultura y las
artes;
- Benedicto Labarca, quien realizó una gran obra literaria, creando
la Academia “Andrés Bello”, editó la revista “Adelante”, que difundió la
actividad cultural del liceo y la ciudad y formó el grupo “Teatro
Experimental” que presentó obras clásicas y modernas en toda la provincia.
En su afán de difundir las letras este rector trajo al liceo una imprenta
que se conservó por muchos años.
- Orlando González Gutiérrez, profesor de inglés y ex alumno de
este colegio, realizó una gran labor en la formación cultural y deportiva
de los alumnos. Dedicó gran parte de su labor a la formación de un
internado que recibiera a los niños de los sectores rurales lo que se
concretizó con la ayuda de los parlamentarios Ulises Correa, Hernán
Arellano y Raúl Juliet. Orlando, fue un gran defensor de las artes y en
esta línea se caracterizó como un creador poético de jerarquía y autor de
ensayos y textos para la enseñanza del inglés, usados en muchos colegios
del país y extranjero;
- Héctor Reyes Zelada, tuvo una gran comunicación con el alumnado y
logró cristalizar el nuevo edificio para el internado, el que hoy se
levanta en Estado con Chacabuco.
- Finalmente en 1973 asume Héctor Campos Castro, ex alumno liceano
y profesor de biología y química, quien dedicó un gran esfuerzo a la
reposición del antiguo caserón por un local moderno que hoy se levanta
imponente en Estado, entre Chacabuco y Membrillar.